sábado, 7 de junio de 2014

El pequeño salvaje (L'enfant Sauvage) (1970)

Director: François Truffaut
Francia
1970
85 min.
Drama
Sinopsis:  Película basada en hechos reales acontecidos a finales del siglo XVIII. Narra el proceso de educación de un niño que creció aislado en el bosque sin contacto alguno ni con los hombres ni con la civilización. Una de las películas más celebradas de Truffaut. (FILMAFFINITY)

Valoracíón cinéfila 8/10
Valoración abandono/adopción 8/10

Es curioso, que la mayoría de los comentarios y críticas que he encontrado sobre esta película hacen hincapié en el hecho de la importancia de la educación para la socialización de los seres humanos y de cómo en esta película el personaje del doctor que recoge al niño salvaje,se obsesiona  con demostrar la inteligencia y las capacidades de aprender del niño, pero obviando otros aspectos humanos, psicológicos, que para los profesionales del siglo XXI serían los más importantes.
Y estoy hablando de la cuestión del apego, y de cómo este niño tiene que ir estableciendo un vínculo con sus nuevos cuidadores ( que realizan una especie de acogimiento provisional) y tiene que poder ir confiando en ellos.

El doctor, en la película, utiliza unos métodos de educación y crianza, más basados en lo que sería criar a un animal doméstico, al que hay que domesticar, que los que necesita un niño traumatizado por el abandono y por no haber podido desarrollarse cognitivamente y afectivamente, dentro de un vínculo de apego seguro, con otros seres humanos que lo cuidaran. De alguna manera le han faltado las condiciones para humanizarse del todo y de hecho no articula palabra a pesar de haber podido aprender cierta simbolización lingüística.
Y no mira a los ojos apenas, y permanece en su mundo de sensaciones, aceptando aprender a cambio de premios y castigos, y probablemente por la función reparadora de los vínculos que puede establecer con el doctor y su ama de llaves.(algo que se omite en la película, por mostrar lo que debió ser la actitud de la época, de tomar al niño como un fenómeno a estudiar y no como un niño al que recuperar a la especie humana y a un entorno adecuado familiar)

Esta película es extraordinaria en el sentido fílmico, por la genialidad de Truffaut, en blanco y negro, muy bien ambientada, con música de Vivaldi, y con una interpretación estupenda del actor niño  Jean -Pierre Cargol y del propio Truffaut.
Desde el punto psicológico muestra los estragos de una situación de crianza sin los referentes vinculares humanos, que suponen los padres y madres, que aportan algo más necesario  que la comida, el cobijo, o la educación, para que el niño pueda desarrollarse como un ser humano pleno.

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