EEUU
2016
97 min
Terror .
Sinopsis: Cody es un niño huérfano adoptado por Jessie (Kate Bosworth) y Mark (Thomas Jane) cuyos sueños y pesadillas se manifiestan físicamente cuando él duerme. (FILMAFFINITY)
Valoración cinéfila 4/10
Valoración adopción 5/10
Película de terror que toca el tema de la adopción de lleno, pero que utiliza el tema, como en otras muchas películas de terror, para introducir la idea de lo siniestro: que a través de un niño desvalido y vulnerable, llegue el terror a casa, como si fuera un virus letal que trajera en su interior.
De alguna manera, le hace un flaco favor al tema de la adopción y el acogimiento, pues llevaría a hacer creer en la cantidad de elementos negativos que puede traer un niño a la nueva familia a la que va.
En este caso es un niño especial con poderes mágicos, pero que produce demonios reales, en la medida que sus sueños se encarnan en la realidad y lo mismo producen felicidad y belleza para los que le rodean, como muerte y destrucción.
Aunque el niño intenta no soñar y por tanto no quedarse dormido, porque sabe que hace daño, no puede evitar dormirse, o que lo duerman.
Va destrozando familias, hasta que en la de Jessie y Mark, que al principio lo usan para evocar a su hijo muerto, del que todavía no han hecho el duelo adecuado, provoca la tragedia, pero es ella, la que resuelve solucionar toda esta cuestión y consigue salvarle de sí mismo y de toda esta cadena de destrucción. Con resultado incierto sobre los que ya han desaparecido.
Metaforicamente sí que habría un cierto valor sobre la adopción y es que el niño puede traer en su interior mucho dolor e incompresión, que a veces no tienen más remedio que expresarse, a pesar de ellos, en su conducta inadecuada, en sus impulsos. Pero que una buena comprensión de las causas, y el explicárselas amorosamente e integrarle todo su pasado, con un sentido y con incondicionalidad, puede ser tremendamente terapéutico.
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